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Estando a una semana de Elecciones Autonómicas en Cataluña, uno ya se siente cansado de leer y escuchar lo que tantos y tantos políticos, economistas, empresarios, banqueros (catalanes, españoles europeos y americanos), opinan, exponen, reclaman, interpretan; y supuestamente este bombardeo de intervenciones lo hacen en defensa de los ciudadanos objeto de litigio. La verdad que todos ellos no cuentan es que verdaderamente lo hacen en defensa de sus propios intereses, y en aras a ocultar la verdadera opinión y sentir que los ciudadanos "no deben" transmitir.
Los Unos lo hacen "a favor", ocultando que son conscientes de las minorías que pueden alcanzar a representar, ó que su objetivo es "adquirir" (ya no se dice robar) mayor porción de tarta económica para su propio beneficio; los Otros lo hacen "en contra" defendiendo veladamente los verdaderos intereses de aquellos a quienes están sometidos.
Todos se envuelven en banderas (a cual más colorida), en nacionalismos (de diferentes tamaños pero idénticas inconsistencias), intereses y especulaciones económicas (que en verdad significan sus misoginias individuales) y otras armas de adquisición ó pérdida de "bienestar", de pertenencia ó exclusión a distintos grupos, etc....
A quienes verdaderamente se necesita escuchar es a los ciudadanos (en este caso catalanes) que reiteradamente han manifestado su deseo de ser escuchados; y llegados aquí, si el resto de ciudadanos de la otra nacionalidad también necesitan manifestarse, que se expresen.
Los políticos (de ambos lados) que se callen y articulen los mecanismos para poder hacerlo; tampoco saben cual iba a ser el resultado de tales manifestaciones, ni si el mismo podría representar un problema ó tal vez no. Pero si se admite que la convivencia del matrimonio se pueda finiquitar en defensa de los intereses individuales, deben aceptar ese mismo principio para el caso que nos ocupa.
Los banqueros deben ocuparse de sus bancos; y si bien necesitan la cobertura legal que les permita mantenerse bajo el paraguas del BCE, para obtener dinero barato y "avalar" su exposición de riesgo en una economía global (recordemos el extenuante apalancamiento de esta economía global que permite hacernos creer que tenemos 180 cuando en realidad tenemos 1). Nadie en su situación va a renunciar voluntariamente a un mercado del volumen de Cataluña, que además ya está educado e integrado con anterioridad a convivir con sus reglas.
Y si todos ellos tienen algo que manifestar, que digan con humildad que necesitan a toda esa ciudadanía:
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